lunes, 15 de febrero de 2010

Libertad y Voluntad en Descartes


René Descartes 1596-1650 nació en Francia y estudió filosofía, medicina y derecho.
Vivió en una época importante en varios aspectos:
•    En el campo político, el siglo XVII fue una época de absolutismo político, con Europa liderada por Francia, Inglaterra y España de manos de la burguesía.
•    En el campo científico, con un nuevo método científico basado en las matemáticas como lenguaje del mundo. Como aportación importante, Descartes inventa los ejes cartesianos.
En el campo filosófico, se dieron 2 movimientos:
•    Racionalismo: La razón es capaz de producir conocimientos innatos por sí sola, no procedentes de la experiencia. Se basa en el método deductivo.
•    Empirismo: Los conocimientos provienen de la experiencia, la razón no produce nada. Se basa en el método inductivo.
La obra de Descartes se caracteriza porque su pensamiento no cambia, sólo lo depura cada vez más. Destacan el “Tratado del mundo”, el “Tratado del hombre”, y sobre todo, las “Meditaciones metafísicas”, en cuyo prólogo publicó el “El Discurso del método”.
LIBERTAD
Libertad: es la capacidad que tiene la voluntad para elegir lo que el entendimiento propone como bueno y verdadero. Por tanto, es sometimiento de la voluntad al entendimiento, a la razón
Descartes persigue la felicidad, basando el uso de la libertad en la razón. Hay dos tipos de libertad:
o    Libertad corporal, que se manifiesta en las pasiones que pueden afectar al alma, proviniendo del cuerpo. El alma, a través de la razón, tiene que impedir ser arrastrada por las pasiones.
o    Libertad de entendimiento y la voluntad; esta voluntad es la que posibilita la libertad.
    Características de la libertad.
o    Su existencia es indudable, evidente e innata.
o    Es la perfección fundamental.
o    Nos permite ser dueños de la naturaleza y de nuestras acciones.
    Reflexión sobre la voluntad según Descartes:
Descartes parece dejar de lado un poco todas sus demostraciones basadas en Dios y distingue dos modos de pensar posibles: la percepción del entendimiento y la operación de la voluntad.
Sentir, imaginar y el puro entender son diversos modos de percibir, mientras que desear, rehusar, afirmar, son modos del querer.
El error, y aquí Descartes contiende con los escépticos, nunca se halla a la percepción, sino en todo caso en el juicio hecho sobre una percepción, pues en el juzgar se requiere tanto el entendimiento como la voluntad.  El problema surge porque la voluntad se extiende a allá del entendimiento, pues en cierto modo es infinita, mientras que nuestro entendimiento, al ser creado, es finito.
Conviene recordar, no obstante, que la mayor perfección del hombre consiste en el obrar libre, por lo que seamos nosotros la causa de nuestros errores y no Dios . Vuelve a insistir Descartes en que el libre arbitrio es evidente de por sí y remite a lo dicho anteriormente.
Sí estoy de acuerdo con Descartes aunque hay algunos matices en los que pienso un poco distinto. Por ejemplo, pienso que la voluntad no es totalmente infinita ya que si se define como esfuerzo para conseguir algo puede decaer, al poner nosotros imposibilidades o que nos las pongan circunstancias del exterior y por ello que decaiga la voluntad. En cambio el entendimiento si es finito, ya que nosotros somos los que nos ponemos los límites y las cosas que no sabemos explicar las asociamos con lo espiritual para poder llegar a entenderlas de algún modo.
De todas formas pienso que nada es infinito que todo termina acabando, tanto nuestro entendimiento como nuestra voluntad, solo dura el tiempo que nosotros poseamos, todo depende de las circunstancias que lo hagan o no durar más o menos tiempo.
Marta Jiménez Navarro

1 comentario:

rociogarcia dijo...

Pienso al igual que Marta todo se acaba, y es que pienso completamente igual que Marta no puedo decir nada contrario