lunes, 15 de febrero de 2010

Hobbes y las acciones voluntarias

Thomas Hobbes nació el 5 de abril de 1588 y murió el 4 de diciembre de 1679. Fue un gran filósofo inglés que se centraba sobre todo en la filosofía política, escribió un libro llamado Leviatán que trata sobre la naturaleza humana y como se organiza la sociedad.
Para Hobbes las acciones voluntarias son una variedad de “mociones animales”, que denomina esfuerzos o actitud para actuar de determinada manera. Los tipos más importantes de esfuerzos son los deseos o apetitos que nos mueven a perseguir ciertos objetivos que consideramos “buenos”, y las aversiones que nos mueven a evitar ciertos objetivos que consideramos “malos”. No solamente nuestra conducta está determinada por los esfuerzos sino que las evaluaciones que hacemos día a día también están determinas por ellos. Ya que cuando observamos algo y lo evaluamos decidimos si es “bueno”, “malo” o “indiferente”, estas observaciones las hacemos en base de nuestros deseos y aversiones.
Para Hobbes los valores que puede tomar cada objeto puede variar en determinado momento, si ahora el objeto es “bueno” y “útil” para ti, después puede ser “malo” o “indiferente”, así deja de ser un deseo para individuo y pasa ser una aversión para individuo.
Yo estoy de acuerdo con la teoría de Thomas Hobbes porque para mí es verdad que en un determinado momento un objeto que anhelamos pase a sernos indiferente o malo, porque lo hemos observado, pensado o ya simplemente no nos es útil o beneficioso después de haberlo conseguido. En mi opinión Hobbes es determinista ya que nuestras acciones están determinadas por nuestros deseos y aversiones.
Andrés López Albín

2 comentarios:

rociogarcia dijo...

Pues estoy de acuerdo, pero tambien pienso que algunas cosas que deseamos, si es verdad que las queremos y que no vamos a pensar despues que no nos qusta o otra cosas, pero si es verdad que muchas veces las cosas que tenian mucho valor para nosotros dejan de tenerlo.

marta férnandez dijo...

Es cierto que un objeto puede pasar de hacernos sentir bien a hacernos sentir mal, por el recuerdo. Eso mismo puede ocurrir con las personas, de manera que una misma persona nos puede caer mal y acabar siendo amiga nuestra.